A simple vista tu idea de negocio puede ser la mejor del mundo, en especial para ti.
Por lo que es necesario hacerse una serie de preguntas y responderlas con la mayor objetividad posible. Esas mismas preguntas son las que los demás se harán y debemos estar preparados para responder.
- ¿Ventajas o beneficios de tu idea?
- Sabes explicarla a futuros socios, inversores, clientes o proveedores?
- Ejecución: Es sencilla o complicada
- ¿Existe una necesidad real en el mercado a cubrir o hay que promocionarla?
- ¿Conoces bien el mercado y tu competencia?
- ¿El mercado está preparado para aceptar idea?
- ¿Pagarán por ella tus potenciales clientes?
- ¿Qué les resolverá en el futuro a los consumidores?
- ¿Tu idea es un concepto original, innovador o evolución?
- ¿Qué beneficios inmediatos o a corto plazo generará tu idea?
- ¿Son tus proyecciones financieras adecuadas?
- Líneas de ingresos; cuántas has pensado
- ¿Son tus riesgos aceptables?
- ¿Qué beneficios a largo plazo pueden anticiparse?
- ¿Conoces las limitaciones de tu idea?
- En el caso de no salir las cosas como crees, tienes un Plan B para la misma.
- Aplicación: es sencilla o compleja.
- ¿Es tu idea escalable hacia otros mercados y culturas?
- Implantación y funcionamiento: ¿Cuándo estaría listo y qué costaría?
- ¿Hay en el mercado capital suficiente para financiar tu idea o es algo que los inversores están buscando?
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