25 de febrero de 2013

La Inteligencia Ejecutiva

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Actualmente siempre se ha creído que las personas consideran que la formación COGNITIVA, conocimientos adquiridos o naturales, y la formación PRAGMÁTICA, es decir la experiencia, la práctica, son los elementos sobre los cuales se asientan una buena base para cimentar una idea, un proyecto. Razonamientos hasta la fecha totalmente aceptables, pese a que no ayudaban a asegurar la ejecución de la idea. Es decir iniciarla y llevarla acabo.

Es necesario introducir una tercera variable capaz de empujar a los expertos y los experimentados a llevar a acabo un idea o proyecto, es decir la capacidad de EJECUTAR o como el Filósofo José Antonio Marina (Toledo, 1939) define, ”aquellas habilidades gracias a las cuales somos capaces de convertir las ideas en realidades”.

La Inteligencia Ejecutiva no sólo se centra en lanzarse eliminando nuestro miedo sino a saber larzarse correctamente hacia las metas y de forma correcta y no de una forma apresurada y sin control, como dice Emilio Duró, “no hay peor cosa que un tonto motivado”.

José Antonio Marina reflexiona en su libro “La Inteligencia Ejecutiva”, sobre este mismo tema.  Considera que es la Inteligencia Ejecutiva es “capacidad de dirigir bien el comportamiento, eligiendo las metas, aprovechando la información y regulando las emociones”. “Unir idea con realización y ayudar a elegir objetivos. Elaborar proyectos y organizar la acción para su realización (La Inteligencia Ejecutiva pag21)

La inteligencia, para Marina, esta dividida en dos estratos en el que uno se encuentras los deseos, aspiraciones y sueños, estando en un segundo estrato aquello que controla, dirige, corrige, inicia o apaga todas las ideas del primer nivel. Intentando siempre bajo el principio de la elección correcta para logara las Metas siendo estas las que determinen el camino correcto y no la fuerza de voluntad.

Así mismo considera que el entorno es el principal incitador y generador de Metas correctas o incorrectas y no es al 100% la capacidad cognitiva o pragmática la que nos ayuda a tomar decisiones de forma inteligente. Es por ello que uno de los mejores recursos que podemos utilizar para mejorar nuestra Inteligencia Ejecutiva va ligado al cambio, cambia si consideras que tu entorno no te ayuda o no te inspira, ni ayuda a lograr tus sueños o te los merman y busca aquello que sí te ayuda lograr tus objetivos, siempre partiendo desde el realismo autocrítico de tus ideas y pensamientos. Cuidado con el tonto motivado, puesto que proyección hacia el futuro y el autocontrol, también son elementos a tener muy en cuenta en nuestra INTELIGENCIA EJECUTIVA.

En la vida, no hay soluciones bien perfiladas que simplemente están esperando que alguno las descubra, sino problemas que nos obligan a inventar continuamente cómo resolverlos.

Lee más: “La Inteligencia Ejecutiva Marina, José Antonio, Biblioteca UP,  ISBN: 978-84-344-0067-2

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